¿QUÉ TE DICEN ESTAS PALABRAS?
Este
título interrogativo fue el nombre ideado para denominar a un programa radial. El
objetivo del mismo sería escuchar de un participante, un invitado o de un radio
escucha su opinión particular acerca del contenido de una frase, un dicho, un
discurso o cualquier otra partitura.
En
el entorno de esta mesa de trabajo donde tecleo, abundan los libros. Escojo uno:
el “libro de bolsillo” titulado “ANTOLOGÍA POPULAR, ANDRÉS ELOY BLANCO”
publicado por Monte Ávila Editores en el año 1989, busco en sus páginas una
frase y en el prólogo redactado por el escritor Juan Liscano leo:
“Tendrás que acostumbrarte
a estar no estando y a que te escuchen sin que digas nada”.
El
contenido a ser leído en las siguientes líneas es la opinión de otra persona a
la cual le hice la misma pregunta. Su respuesta fue:
“Inicialmente,
la asocié con la muerte, pero inmediatamente rechacé la idea. Se me ocurrió una
versión distinta que te explicaré con un ejemplo muy acorde con este tiempo:
fíjate que el avance de la tecnología y de los medios digitales, abre a los
jóvenes de este país unas puertas cuyo ancho puede ser igual del mayor ancho
del Lago de Maracaibo, por buscar un símil local. Ellos en posesión del
conocimiento específico, del idioma universal: “el inglés”, de la sensación de
“nada que perder, si se intenta”, así como el deseo de progresar se arriesgan e
inician su proceso de migración. Mientras esto ocurre, están físicamente en sus
casas, pero paralelamente están idealizando su estadía en otro sitio. Una vez
idos, estarán en la casa, pero no físicamente.
Lo que
sucede es que la frase está construida con dos sub frases, en la cual el autor
no genera, aparentemente, una subordinación entre ellas y ambas pueden ser
principales: se nota que puedes decir: “Tendrás que acostúmbrate a escuchar sin que
digas nada y a estar no estando”. Y, si se quiere, la idea es la misma. Pero
retomo la imagen del joven migrante. Una vez ausente, sus padres sienten,
perciben que “está allí, pero físicamente no lo está”. Es que son muchos años,
toda su vida, viéndole, palpando su evolución, estimulando su desarrollo,
enseñándoles a crecer y valerse por sí mismo, pero siempre unidos por el
afecto. Siempre habrá un silencio; la ausencia física y aun cuando “no diga
nada, ni responda ni si, ni no” ese joven estará ahí”.
La
frase es de la autoría del poeta Luis Pastori en homenaje a quien estaba
recientemente fallecido, el Doctor Andrés Eloy Blanco.
Así
como este decir tan especial del Poeta Luis Pastori hay otros; más extensos,
menos condescendientes con los “pueblos soberanos” como el siguiente:
“La cuestión de la soberanía del pueblo
equivale en el fondo a la pregunta de si alguien puede tener un derecho
original a gobernar un pueblo en contra de su voluntad. No veo como podría
sostenerse racionalmente tal cosa. Así que, desde luego, el pueblo es soberano:
pero se trata de un soberano menor de edad, que por tanto debe permanecer bajo
perpetua tutela y que nunca puede administrar por sí mismo sus derechos sin
ocasionar ilimitados peligros; además de que, como todos los menores de edad,
pueden caer fácilmente en manos de astutos hampones, que por eso se llaman
demagogos”.
Surge,
entonces, distinguido lector, la interrogante: ¿QUÉ TE DICEN ESTAS
PALABRAS? El texto transcrito, cuyo
autor es Arthur Schopenhauer, es ideal para una conversación larga entre
varios, para un monólogo, para encabezar el siguiente artículo de esta serie.
Nelson
Romero Díaz
03.12.019
No hay comentarios:
Publicar un comentario