viernes, 18 de septiembre de 2015

¡PENSÁNDOLO  BIEN!
Nelson Romero Díaz

¡Pensándolo Bien! es una expresión de uso frecuente utilizada como recurso para salir del conflicto momentáneo creado por el sí y por el no. También es un paso al frente dado por un hombre cuando afronta, decidida y definitivamente, un asunto vital para él.

Escribir es, pensándolo bien, resumir en pocas palabras las 24 horas de un día cualesquiera de la vida de una persona; las siete fechas semanales de un taller mecánico, el mes de un banco de ahorro y préstamo o el año de la administración de un país.

Se diría, por ejemplo, que las 24 horas de vida de una persona tiene una condicionalidad de género ¿sí o no? ¡Claro! Depende si, se es hombre o se es mujer. Si es de él, es más fácil. Los hombres somos más lineales que ellas: nos despertamos; unos agradecen el nuevo amanecer, otros, ni pendientes; después, las higienes bucales y las descargas renales; el café negro o el te; la prensa del día; el baño; la vestimenta, el encendido del carro y el “primer lazo esclavizador”: el móvil y..... ¡Run!.....rumbo al trabajo. En cambio, ella; ¡Ay, ella! Hasta que no esta lista, arreglada y bien maquillada no va a la calle a luchar con denodado esfuerzo.

Describir detalladamente las jornadas diarias laborables de un taller mecánico es, por demás, complicado. Comienza el lunes con el común de los eventos: la ausencia laboral parcial, pero ausencia al fin; los retardos laborales, casi siempre por “culpa del transporte colectivo” y de la bruma mental debido a los “espirituosos humores” del domingo. Otro día son los insolentes reclamos del propietario cuyo vehículo amaneció en el taller, porque no se consiguió el esparrago de los cauchos. La detención de las actividades normales por causa de la presencia de la dama que atractivamente ataviada se presenta en el sitio en la búsqueda de la solución práctica a la avería de su vehículo, con la consiguiente resequedad bucal dada la impactante belleza y firmeza de su porte en el trato. La preocupación del dueño del taller porque siendo día jueves, el suplidor de los repuestos no ha cumplido con la requisición solicitada y pagada por adelantado desde hace tres semanas. La mortificación del Administrador por el incumplimiento del pago de la tercera y última cuota de las respectivas reparaciones vehiculares y porque el viernes, ¡ay, el viernes! Se aparecen las madres de los muchachos de los que trabajan a buscar “el sobre de la semana” antes de que aquellos los conviertan en “tercios de piel oscura” o “catiras de blanca cabellera”.

Las vivencias de la mensualidad dentro de una entidad de ahorro y préstamo, como la de cualquier otro banco, son ricas en la generación de espontaneidades que, ya un productor del programa “Cámara Escondida” desearía captar con un juego de cámaras fijas; evidentemente, bastaría un día y con ello sería una muestra estadística de lo que ocurre durante todo el mes. Algunas de ellas son extraordinariamente hilarantes y otras de profundo abatimiento y es que por una parte, llega una oleada de jóvenes a los cuales hay que, léase bien: “hay que” y no, “se le debe”, entregar los requisitos para optar por un crédito vehicular en las condiciones publicitadas por el spot televisivo. Por otro lado, otra onda de menos jóvenes llega tras la búsqueda de las respectivas escrituras de las liberaciones hipotecarias, libradas por la institución tras el pago de la última cuota del crédito otorgado con garantía del inmueble de su propiedad y entre ambas oleadas, un hervidero de hombres y mujeres que beneficiados por las promesas gubernamentales de amor y paz, paz y vivienda, vivienda y “pensión justa” se presentan a diario a buscar su cuota parte de la tajada del presupuesto nacional.
Estas “oleadas”, ráfagas, raudales o como quiera denominarles, se convierten en verdaderos “tsunamis” para los empleados bancarios, unos más eficientes que otros; algunos más corteses que otros; varios mejor instruidos que el resto. Esos “mare magnum” son innumerables, constantes y, pobrecitos las y los empleados, no abastecen las solicitudes de atención. Días tras días, las peticiones encarpetadas vienen y carpetas marrones van; petitorias van y el canal de circulación se atasca; recursos llegan y se agotan y la vida continúa. Mientras tanto, aumentan los requisitos y entonces, lo que antes era dos días, se convierten en dos semanas y lo que era, dos semanas pasa a retardarse dos meses y así progresivamente.

La descripción de la administración anual de un país es harto complicada, sobre todo si es Venezuela. Comiéncese por el principio, son 31 y algo más, millones de historias diarias, incluyendo a los recién nacidos; son 335 organizaciones municipales y 24 entidades federales con sus respectivas organizaciones humanas. Un gobierno central con toda su parafernalia institucional y sus correlacionados. Coincidencialmente, a diario, todos comienzan a trabajar tarde y terminan temprano. Las ciudades capitales van convirtiéndose en almacenes de mendigos, de locuras ambulantes, de enfermos itinerantes, de alocadas pausas en aceras públicas ante miradas indiferentes, de interminables filas de gente útil buscando un mendrugo de pan a las puertas de un abasto, un supermercado. Las casas se transforman en inseguras cárceles cuyos propietarios envidian las seguridades de otros propietarios en recintos carcelarios. Los apartamentos y las demás propiedades inmobiliarias escasean y sus precios se encarecen. Los sistemas de transporte masivo están inconclusos y la demanda insatisfecha es exponencial. Reaparecen enfermedades y virus, desaparecen tratamientos médicos frecuentes y emergentes. Las ambulancias se paralizan por falta de repuestos y abusos de usuarios. En fin, en medio de tanta calamidad, allá en el barrio, acá en la urbanización los y las venezolanas le “echan pichón a la cosa”, manteniendo la cerviz alta y el orgullo impoluto, mientras el ácido corrosivo del verbo resentido carcome la lengüeta revolucionaria y los talegos del dinero mal habido viaja en jet sin saber que a la vuelta de la esquina les espera la pelona.


sábado, 5 de septiembre de 2015

LAS  PREDICCIONES  DE  NELSON  ROMERO  DÍAZ


Comprendo que le resulte chocante titular un artículo de opinión con el nombre del autor y para más señas que anuncie unas predicciones y no diga cuales tipos de ellas son. Más, como autor, le recomiendo que aquiete su intemperancia y se anime a leer un poco. Para algunos puede resultar de mucho interés; para otros, motivos de preocupaciones y no faltará quien diga que es parte de “la guerra económica que libra la Patria en contra del Imperialismo Yankee Y sus secuaces criollos, de la burguesía parásita, ¡yankee go home!

¿Por qué se llama Predicciones y no de otra manera; por ejemplo: pronósticos, vaticinios, augurios? En principio, es una cuestión de decisión y en segundo lugar, el resultado es una predicción. Atención: no soy Dios mucho menos sacerdote de la gentilidad, tampoco una deidad a quien pedirle respuesta y espero el respeto del prójimo, porque este trabajo como otros tantos, de mi persona y de otros opinadores, sirve de orientación para generar una vez más otra toma de decisiones.

“Nobleza obliga” es una expresión de cumplimiento y de respeto. Creo haber sido considerado al introducir respetuoso, animado y cálidamente el interruptor de su atención como si fuera el de la iluminación promoviendo esta paseo por las estadísticas.

¿Qué es lo que se predice? Las “probables” cotizaciones del marcador paritario de las monedas venezolana y estadounidense. Su predicción se fundamenta en la serie cronológica de sesenta y seis (66) datos colectados a partir del 1° de julio, lo cual comprende el Tercer Trimestre del Año y que culmina el 30 de septiembre. La predicción se extiende hasta el 9 de noviembre del corriente año, pero no los enlistaré en este artículo.

¿Cuáles son los elementos más significativos? No crea que le voy a vaciar todos los datos estadísticos, pero la fuente de ellos es primaria: es el portal de Dólar Today. Los datos son variables continuas porque se componen de una parte entera y una fraccionaria y por último, no es se agruparon por rangos. En fin, lo realizado es un proceso estadístico descriptivo.

Ahora bien, en el período 1° de julio a 4 de septiembre de 2015 se produjeron, tal como se anunció anteriormente, 66 importes resultantes de las transacciones  de la Unidad Monetaria estadounidense (USA $) en el intercambio de monedas en Cúcuta, Colombia. En las cantidades resultantes referenciales, se  incluye el porcentaje referido por el portal, igual al 11 %, por concepto del proceso transferidor; variable que es variable, valga la redundancia.
Amenizo este artículo predominante estadístico con un poco de historia numérica, para variar. Así, la más alta cotización fue: 727,63 Bs/USA $; ocurrida el 25 de agosto, la más baja alcanzó 484,41 bolívares por dólar, al inicio del período estudiado. El promedio de las 66 evaluaciones es 652,76. La más cercana a este promedio fue la del 24 de julio de este año e igual a 650,11 unidades.
La mediana de los datos es 679,78 unidades.
Entre las fechas extremas del lapso el incremento de las cotizaciones fue del 45,90 por ciento. La primera es la coincidente con el valor mínimo, es decir 484,41 y la más reciente, la de hoy, es de 706,93. ¿Puede interpretarse que la inflación es de 46 por ciento en 66 días? Si y no.
El monto más alto más veces repetido fue 691,40 Bs/USA $, 4 veces desde el 7 hasta el 10 de agosto. Otro repetido cuatro veces fue: 676,80 del 18 al 21 del mismo mes, pero note que el primero de los mencionados es el mayor de ambos.

Finalizando esta parte del tema planteado, se hace necesario advertir que los 66 días de referencia incluyendo sábados y domingos, jornadas en las cuales la cotización cambia poco o no modifica su estatus. De lunes a viernes la serie se compone de 48 datos. Lo más significativo de ellos, para los efectos de esta noticia, es incluido en la siguiente tabla de 6 columnas por 4 filas.

RENGLÓN
LUNES
MARTES
MIERCOLES
JUEVES
VIERNES
MÁXIMO
703,51
727,63
726,94
717,35
717,35
MÍNIMO
501,21
523,39
484,41
489,66
489,66
PROMEDIO
652,32
659,76
646,96
649,92
653,30

El espacio se acaba y el futuro no llega, tal como se avisó. Tome en cuenta que el cálculo de las predicciones se fundamenta en que el comportamiento experimentado en este período no tendrá extraordinarios cambios y por ser una serie cronológica, la ecuación para calcular los vaticinios no es lineal. Este Trimestre concluye el 30 de septiembre. Los probables resultados, a partir del lunes 7 de septiembre hasta el fin de mes, son

LUN
MAR
MIER
JUEV
VIER
SÁB
DOM
764,89
768,43
772,00
775,57
779,17
782,78
786,41
790,05
793,72
797,39
801,09
804,80
808,53
812,28
816,05
819,83
823,63
827,44
831,28
835,13
839,00
842,89
846,80
850,72

¿Cuál es la probabilidad de que las cantidades incluidas en “la tablita” no sean los probables resultados? El ciento por ciento. Las razones son: Primero, no soy quien controla el mercado. Segundo, la Paridad Monetaria se modifica porque el Banco de la República de Colombia, similar al Banco Central de Venezuela, es el ente que fija la paridad entre el Peso Colombiano y el Dólar Estadounidense. Tercero, es una función de la aceptación o no de la unidad monetaria venezolana. Cuarto, debe recordarse que en la generalidad de los casos, los fines de semana (sábado a lunes) la cotización se repite y en ese evento, la fórmula determinada con la técnica requerida no lo toma en cuenta.
Es posible tener otra aproximación numérica. Para ello habría que hacer los cálculos con la serie consecutiva de los días de la semana.

Finalmente, una vez concluido el Primer Trimestre hice unas proyecciones hasta el 5 de julio de 2015.  La cotización fue de 501,21 y el pronóstico fue de 431,95 Bs/USA $. La diferencia fue de un 14 por ciento, 13,82 % para ser precisos. Por cierto: el incremento en el Primer Trimestre entre el primero de los montos y el último fue de 44,52 por ciento.


05 de septiembre de 2015