EL AÑO 2019. CUARTA FASE
Con
la siguiente interrogante concluí la tercera fase de largo trabajo intitulado
“EL AÑO 2019” y ella fue: ¿Por qué la similitud del proceso destructivo del
país con el proceso constructivo de una edificación?
La
anterior pregunta puede tener varias respuestas. Si fuera mi propósito, esta
fase sería el prólogo de dos o tres más, lo cual no es la idea. Aquello del
probable fastidio generado por la repetición de argumentos e ideas expuestas
con anterioridad, tanto las propias como la de otros opinadores, se debe tener
en cuenta para aligerar la carga del contenido de los escritos. No escurro el
bulto. Estoy intentando sintetizar en pocas palabras, veinticinco (25) años de
enumeraciones; registros; documentaciones; contabilizaciones y acopios. Lo haré
con esta interrogante ¿Leyó alguna vez las siguientes transcripciones?
1. “La
conquista del PODER por la CLASE OBRERA
es solo el comienzo de la revolución proletaria, en que el PODER SE UTILIZA como palanca para reestructurar la vieja economía
y organizar otra nueva”.
2.
“El período de transición abarca toda una época
histórica, durante la cual se transforman radicalmente todas las relaciones
sociales, se DESTRUYE LA VIEJA BASE,
la BASE CAPITALISTA, y se crea otra
nueva, la BASE SOCIALISTA que
garantiza el desarrollo de las fuerzas productivas, necesarias para EL TRIUNFO DEL SOCIALISMO”.
3. “En la lucha contra las tradiciones de la
PROPIEDAD PRIVADA y contra la influencia de la BURGUESÍA se REEDUCAN las masas
pequeñoburguesas y todo el pueblo en el espíritu socialista”.
Las
anteriores ideas forman parte de una obra sobre Economía Política. En ella se
comparan los dos sistemas económicos en pugna: el socialismo liderado por la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), encabezada por Rusia en la
fecha de la publicación del libro y el capitalismo, representado por los
Estados Unidos de Norteamérica. Ahora, si es su gusto regrese a las
transcripciones. Note lo resaltado en negrillas y compare con las vivencias de
los años recientes y continúe leyendo, por favor.
La
clase obrera conquistó el PODER mediante una jornada electoral ya sabida, con
sus candidatos y resultados. El actual Presidente de la República es una ficha
de la clase obrera por haber trabajado como conductor de vehículos de
transporte público. Antes de ocupar el actual cargo, fue a un entrenamiento en
Cuba durante el ejercicio del cargo de Ministro de Relaciones Exteriores.
¿Recuerda
Usted que en los primeros años del gobierno de Chávez se dictó una sentencia
del TSJ con ponencia del Magistrado Delgado Ocando en la cual se declaraba que
la Constitución aprobada en el año 1999 estaba en una etapa de transición? Si
lo recuerda, comprenderá entonces porque no ha avanzado, pero si se ha
retrasado el país. Se está en un larguísimo “período de destrucción de la
llamada base capitalista”, incluyendo al capital humano cuya edad superó los 40
años durante este período.
¿Recuerda
aquel evento televisivo en el cual Chávez aparecía “impartiendo conocimientos”
a unos niños en presencia del entonces Ministro de Educación, el profesor
Aristóbulo Isturiz y “el error” gramatical del verbo Adquirir en esa
transmisión televisiva?
Aquello
no fue una casualidad. Se quería demostrar que el sistema democrático no es el
adecuado para educar al proletariado y nadie mejor que el Presidente para
demostrarlo, sobre todo porque él era un producto de ese sistema.
En
fin, es “demasiada extensa” la memoria acumulada para transcribir. Son
demasiadas las preguntas para responder. Son demasiadas las cuartillas escritas
y revisadas, leídas y reflexionadas sobre el asunto. Son demasiadas las
frustraciones acumuladas por este conglomerado social venezolano. Son
cantidades inmensas de adioses en el interior de los dormitorios de papás y
mamás, de esposas y esposos, de amigos y colegas. Son prolongadas las filas de
“hambrientos de esperanza”, de “hambrientos de pan nuestro de cada día”. Son
lentas y burocráticas las gestiones a realizar en los organismos públicos para
avanzar en el progreso.
EL AÑO 2019. ÚLTIMA FASE
Es
evidente que, en este documento falta tela por cortar, pero también faltan
otras cavilaciones y expresiones de otro orden acerca del “modo de vida del
venezolano del siglo XXI”. Todas ellas como resultado de un proceso político
ideológico planeado detalladamente para virar a la Nación hacia una economía en
principio socialista, pero cuya etapa final es el comunismo.
La
América incrustada en el globo terráqueo desde el Estrecho de Bering hasta el
Cabo de Hornos es predominantemente de habla hispana. Solo Canadá, Estados
Unidos y Brasil son de un habla distinto al español. Los latinoamericanos
surgen de un proceso de “conquista”, mientras que los gigantes norteños,
excepto México, surgen de una colonización con claras diferencias al
latinoamericano. En los latinos la idea del “hombre todopoderoso” permanece en
los genes, como una marca indeleble. Si no es uno, son grupos de ellos y así
surgen los hombres de “cachucha” como se ha percibido. Los latinos no son
ganados a establecer por las vías del aprendizaje, las “diferencias
conceptuales entre las ideologías de lo que significa el mandato”.
Venezuela
es un país relativamente joven, con unos intermitentes lapsos de “asentamiento
político ideológico”. Se ha pasado por las manos del mando militar, más del tiempo
que del civil. Pero es el civil quien no termina de imponerse sobre el militar.
Probablemente ocurre por la creencia de la gente de que los civiles no tienen
carácter, fuerza, don de mando y, por el contrario, los militares si la cargan
encima o ¿será tal vez que nos falta un gen?
Se
vivieron cuarenta años (40 a) de democracia no cuidados en los últimos 10 años.
Sobre este sistema de gobierno siempre pendió una espada de Damocles: la
constante amenaza de la Revolución Cubana al mando de Fidel Castro. Siempre
hubo un “atentado” contra la vida democrática, fuera por la afinidad de
militantes de partidos políticos con el Comunismo Internacional, fuera por la
creencia de la existencia de una deuda eterna con los militares por haber
librado batallas para consolidar la Independencia. Siempre hubo una “envidia”
por la suerte de vivir de la explotación petrolera y de los altos precios del
“oro negro” generados por cualquier conflicto bélico en el Medio Oriente. A la
par, los asiáticos comenzaron a “independizarse educacional, tecnológica e
industrialmente sin perder la esencia de sus tradiciones”, mientras
Latinoamérica se debatía entre la “igualdad social impuesta” o el crecimiento
de sus particulares economías. Y cada nación ubicada entre la margen sur del Rio
Bravo y el Cabo de Hornos tiene su karma.
Lo
sembrado en el pasado, se cosecha en el futuro. Una golosina del mercado
mundial del petróleo por la “Guerra de los 7 días” abrió las compuertas para
una “borrachera de dinero” para el cual no se estaba preparado. Era el primer
período de Carlos Andrés Pérez, el del slogan publicitario: “ese hombre si
camina” y se supo, al término de su mandato, de un “país hipotecado”. Con el
correr de los años se inició el debilitamiento continuo del poder adquisitivo
de la moneda de curso legal, el bolívar. Con el correr de los años, la
“conchupancia” entre factores de los partidos políticos para NO sancionar
severamente los actos de corrupción se hizo evidente. Con el correr de los
años, los favoritismos mellaron paulatinamente la credibilidad de las
instituciones y exponenciaron la desconfianza en el sistema electoral, político
y económico de la Nación. Todo se sabe, es verdad.
Lo
que nunca se supo, también es verdad, es que el comportamiento de la sociedad
civil venezolana en todos sus estamentos fue sigilosamente auditado por los
rivales del sistema de partidos. A partir de ahí, las instituciones fueron
progresivamente desmanteladas y la “comunidad de intereses de ocasión”
crecieron aceleradamente. Los agentes del NO partidismo encontraron nichos de
promoción estelar en los medios y el país se endeudó hasta la coronilla.
El
primer intento de corregir los defectos acumulados por los gobiernos
encabezados por gente de la generación del 28 fue abatido por una ola de
saqueos, el 28 y 29 de febrero de 1989. Casualmente, “una revuelta popular
independiente” como aquella no se ha vuelto a general aun cuando los motivos
son similares: aumentos desmedidos del costo de la vida. Conduce a deducir,
entonces, que no fue un movimiento de masas espontáneo. Fue cronológicamente
cronometrado.
De
allí en adelante, todos conocen la Historia.
La
propuesta chavista jurada a Fidel Castro en el Teatro de La Habana de llevar a
Venezuela al “mar cubano de la felicidad” se cumple cronométricamente. Son
veinte años (20 a) jugando con cartas escondidas. Son dos décadas de “venganza”
por no haber adoptado el comunismo como esencia política cuando Fidel le pidió
a Rómulo Betancourt, Presidente de la República, recursos monetarios para la
exportación de la Revolución Cubana. Son doscientos cuarenta (240) meses
imponiendo una forma de pobreza superada por otros países. Son siete mil
trescientos cinco días (7.305 d) reiterando el mismo discurso sobre las “culpas
del imperialismo estadounidense”. Es el mismo LP que escuché cuando era
estudiante de Secundaria en la década de los ’60; estudiante universitario de
los ’70; profesional de la Ingeniería Civil de los ’70, ’80, ’90 y del siglo
XXI. Y el progreso de la Patria va en los lomos del caballo blanco del Escudo
Nacional, pero corriendo hacia atrás o en sentido contrario al original.
Cualquier
Nación trasciende el tiempo finito del hombre. Hay hombres constructivos y,
también los hay destructivos. La historia de los países es la registrada por
cronistas e historiadores que la irán contando y recordando.
Destruir
una forma de vida política llena de imperfecciones, como todas las obras de los
humanos, para imponer otra que “se inventaría hasta lograr la perfección” es
entrar en el edificio de la Historia, pero por la puerta de atrás. También es
una demostración de una severa falta de análisis lógico y someter a una
sociedad a un proceso permanentemente incierto.
Imagínese
la destrucción del “modo Venezuela” para que el nuevo se asemeje al “modo
Cuba”, lleva veinte años (20 a) y no ha concluido. Calcule cuánto tiempo más
puede durar la construcción de ese “incierto socialismo del siglo XXI”.
Hoy
en día, es materialmente imposible recorrer las calles de los pueblos, las
avenidas de la ciudad, la autopista que enlaza una ciudad con otra. Comunicarse
con los familiares residentes en otras latitudes está vedado para los
venezolanos. Utilizar el servicio de la internet es una odisea, implica
esclavizarse a la herramienta hasta tanto la señal sea la adecuada para ver “si
el gallo puso”. Tener servicio continuo de electricidad es otra hazaña, sobre
todo porque el “racionamiento impuesto” denota irrespeto para con la población.
Trasladarse en transporte público es una aventura; los de los entes oficiales
están dañados y las tarifas del servicio privado solo sirven si se paga con
billetes de 500 BsS. El servicio de agua potable es deficiente en la provincia
y se privilegia el suministro del vital líquido mediante camiones cisternas.
En
síntesis, la revolución bolivariana es en esencia, el socialismo del siglo XXI
prometido por Chávez que los venezolanos compraron. Esta promesa me recuerda
tanto el argumento “de los espejitos ofrecidos por los conquistadores españoles
a los indios venezolanos” que, realmente es difícil, cuesta arriba, decidir
cuál de los dos es la mayor estafa, el mayor engaño.
Los
varguenses dejarán de ser varguenses para ser guaireños. A partir, de la
aprobación y puesta en vigencia del cambio de nombre, los civiles dejaran de
recordar que el nombre de su estado honraba al primer presidente civil, quien
además era médico para recordar que un militar propuso un cambio de nombre al
estado que hace veinte años perdió a muchos de sus habitantes
En
la próxima centuria, Chávez y Maduro como cabezas visibilizadas de este régimen
serán recordados como los “individuos” cuyo fanatismo conformaron un “monstruo
destructivo” muchísimo mayor y más dañino que la acumulación de plástico en los
mares, los derrames petroleros, el desprendimiento de los glaciares, el deslave
de Vargas
Que
en paz descansen las almas de aquellos varguenses fallecidos en el deslave.
Murieron en el acto. DIOS les salvó de morir lentamente en esta “playa de
fieles del culto a la miseria, al mal vivir, a la delincuencia” instituida por
los Castros, Chávez y Maduro para una “Alianza
para el Retroceso”.
NELSON
ROMERO DÍAZ
24
DE JUNIO DE 2019
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