PREGUNTAS GENERALES. RESPUESTAS
PARTICULARES
Nelson Romero Díaz
05/02/2016
En
mi opinión el título del artículo es atractivo. Claro, soy su redactor y por lo
tanto alabo el producto de mi imaginación porque como dice el refrán: “en el
reino de los cielos, primero yo que mi padre”. De igual manera, lógicamente mi
opinión es subjetiva frente a las de los prójimos, asumidas como objetivas.
Quizás
el amable lector pueda interesarse en responder las incógnitas y puede ser que
la particularidad de la contestación sea dubitativa dada la personalidad del
individuo o, en su lugar, de las posibles soluciones. Solo cabe una manera de
saberlo y es formulando las preguntas.
La
primera es: ¿Aceptaría dirigir los destinos de la República de Venezuela?
Razone su respuesta positiva o negativa en un espacio menor de cinco líneas.
Segunda:
Imagine por un momento que el famoso “Túnel del Tiempo” fuera una realidad, y
le propusieran devolver el tiempo ¿A cuáles hechos de la Historia de Venezuela
les torcería el rumbo? Escoja tres situaciones en orden de importancia y explique
la razón del cambio. Tercera: ¿Si usted es aficionado al beisbol venezolano,
cree que el monopolio central de las series finales para la escogencia del
asistente al festín del Caribe debe cambiar de formato? Razone su respuesta.
Cuarta
y última, por ahora: ¿Le gustaría viajar a la Estación Espacial Internacional
no solo a experimentar la ingravidez del sistema solar, sino a utilizar el
telescopio Hubble para observar desde allí quien, como, donde y porque los
billones de dólares de la renta petrolera venezolana fueron convertidos en sal
y agua?
Como
lo habrá leído son preguntas de carácter general; incluso no faltará quien las
tilde de folclóricas, pero sus respuestas están diseñadas por cada quien según
su estado de ánimo. Ensáyese un poco la particularización de las preguntas y el
primer chicharroncito de la paila seré yo.
En
efecto, a la primera respondería con una interrogante asociada al momento; ¿ahora
o en el nacimiento del siglo XXI? Si fuera ahora, diré NO por cinco razones
específicas: la primera, la inexistencia de indicadores estatales confiables. Segunda,
lo trabado de los procedimientos y maneras de poner en marcha las acciones,
vistos los instrumentos legales dados a conocer. Tercera, cierta incompetencia
del profesional para bregar con este “mamut” llamado “Administración Estatal”.
Cuarta, la venezolana preferencia por el desorden, la anarquía y la
indisciplina. Quinta, la ausencia de recursos monetarios para pagar, como
Estado, el lucro cesante generado a cada uno de los afectados por “los
exprópiese” del gobierno anterior, el de Hugo Chávez Frías (†) y los del actual.
Dos líneas más de lo exigido.
En
el caso de la segunda interrogante: tres hechos de la Historia de Venezuela a
los cuales les torcería el rumbo. Primero, haber impedido que Rodrigo de Triana
gritara tierra y así Colón no hubiera encontrado las tierras al sur del polo
norte y por ende no hubiese realizado el tercer viaje. Segundo, el fallecimiento
de María Teresa Rodríguez del Toro y Alaiza y de esta manera, Bolívar, todo un
burgués oligarca nacido en Caracas, no hubiera arriesgado su capital en la
liberación de su país. Adicionalmente, no se hubiese generado ese reciente
ventoseo por un retrato y tercero, la recolección de dinero para aportarlo a la
revolución cubana en el año de 1958. Note que son tres siglos distintos: el XV,
el XIX y el XX.
Sobre
las series finales del beisbol venezolano. Por cierto, este se ha vuelto un
espectáculo poco atractivo. Uno no se explica si ello se debe a la calidad de
la pelota con la cual se juega, si los campos de las sedes de los equipos no
reciben el mantenimiento adecuado o, quien sabe, si la tendencia a
desprofesionalizar toda actividad deportiva o no, en Venezuela origine esa
sensación. Lo del formato de las series finales y sus potenciales cambios
residen en la peculiaridad de los intereses envueltos y a la concepción
centralizadora del venezolano. A veces, acentuado durante este tiempo del
régimen chavocastromadurismo, da la impresión que los provincianos no son más
que “la plebe de las cortes”. En este sentido, una reciente publicación celebra
los 70 años del beisbol venezolano, siendo en realidad una loa al beisbol
central. Las fotografías reproducidas son demostrativas de mi afirmación.
Por
último, viajar a la estación espacial internacional es a los “sanotes” lo que
puede ser una “aspirada, una fumada o una masticada” para un narco dependiente.
Ahora bien, lo de ocuparse de saber quien, donde, cuando y porque malgastó el
dinero de la Nación es tiempo perdido. Se sabe quién y no voy a realizar tan
largo periplo para ocuparme de eso, en lugar de deleitar mis ojos con los
trillones de estrellas que abundan en el Universo. Por cierto, debe ser
interesante escuchar o leer las apreciaciones de los hombres y mujeres en
aquellas soledades, acerca de cuan abrumados, o no, se sienten ante tanta
infinitud e intemporalidad aun cuando no deben tener mucho tiempo para pensar
en ello en razón de las experimentaciones y comprobaciones técnicas a las que
deben atender.
Ese
viaje interestelar da pie para el siguiente conjunto de preguntas de carácter
general y de repuestas particulares. ¿Usted cree que las leyes y códigos
legislados por el ser humano son de obligatorio cumplimiento so pena de una sanción,
verdad? ¿Y los mandamientos de la Ley de Dios no son del mismo tenor?
Comprendo
que entre los lectores haya quienes no creen en DIOS, profesen otras
confesiones distintas a la católica, pero en todas ellas hay una comunidad de
propósitos para ser cumplidas por el hombre: son las referencias éticas, las
advertencias morales para la debida convivencia entre pares. Aparentemente, por
lo oído, visto, sentido y olfateado en el día a día callejero esas señales
éticas y morales están perdidas, no las hay: “es que no hay valores”, es el
dicho general.
La
gente no es tonta y se enteran cuando salen a relucir las diferencias en el
trato a unos viajeros con respecto a los otros, con la entrega de dólares a
unos y a otros no; con algunos privilegios, incluso dentro de recintos penales,
que habitualmente no le es posible al ciudadano común. El pueblo tiene valores.
Finalmente,
¿cree usted que el Presidente no esté consciente de cuál es su propósito como
tal? ¿Duda que todo cuanto ha ocurrido con la generación de filas frente a
establecimientos comerciales es casual? ¿Está convencido de que muchos
funcionarios públicos se apean por la cola? ¿Qué haría usted si fuera un
fanático y se encontrara de frente con todos los presidentes fallecidos?
Winston
Churchill, el Primer Ministro Británico, dijo en una ocasión: “Si el
presente trata de juzgar el pasado perderá el futuro”.
¡Pues
Entonces!, ¿Se perdió el futuro inmediato y del varias generaciones por el
juicio a Colón, Bartolomé de Las Casas, Miranda, Páez, Gómez, Pérez Jiménez,
Betancourt, Leoni, Caldera, Carlos Andrés, Jaime, Rafael, a los burgueses y
oligarcas, a los católicos a los de recto proceder y haber creído que en cinco
años acabaríamos con más de cuatro siglos de historia del país y del resto de
América?
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