martes, 29 de diciembre de 2015

EXPECTATIVAS  DEL  5E


Nelson Romero Díaz

Los planetas no han dejado de girar alrededor del sol ni la sangre ha detenido su circulación vital por los vivos. La luna estuvo esplendorosa el 25 de diciembre y la Natividad del Señor volvió a ser el evento principal en el corazón de grandes y chicos. Las fábricas no se paralizaron en aquellos países donde se tiene sentido de trascendencia para la subsistencia de sus ciudadanos y estos no han dejado de pensar en la manera de incrementar el cumplimiento de sus deberes.

En Venezuela, el 5 de enero se sembró en los pobladores como la fecha cuando el estado de cosas cambiará de la noche a la mañana, como si todo fuera tan instantáneo como el chasquido de los dedos. Evidentemente, esto no es real. Es un anhelo, un deseo, pero tardará mucho. Hay que tener conciencia de lo que somos: unos dependientes de la fortuna del subsuelo y no, hacedores de riqueza laboral. ¡Claro! Ni tan calvo ni con dos pelucas, como dice el refrán.
Esa “siembra” tiene una razón de ser y no es otra que el fastidio o hastío de los pobladores causado por el continuo fracaso de una política económica iniciada por Hugo Chávez  a fuer de complacer a su ídolo Fidel Castro. La lista detallada de los elementos de ese conjunto universal es extensa y conocida por todos y mencionarla es, por demás una demasía y por ello, onerosa para la cabida de las ideas en este trabajo.

Ahora bien, las “maneras venezolanas, y de otros lares también, de hacer política” es tender una cortina de descrédito sobre los anteriores miembros de un equipo de gobierno, de su cuerpo legislativo y de su operador judicial. Descrédito, a veces justificado y otras como integrante de la estrategia de acaparar la atención sobre el “nuevo”. Lean, a continuación, la siguiente estratagema para tener la razón: “Si el adversario, de forma imprevista, se enfurece ante un argumento, hay que inisistir con ardor en ese mismo argumento; no solo porque es ventajoso hacer que se encolerice, sino porque se puede suponer que hemos tocado el flanco débil de su razonamiento y se le puede acosar en este punto, más de lo que antes pensábamos”. Recuerden la iracundia de Chávez cuando perdió el Revocatorio de la modificación de la Constitución y la de Jorge Rodríguez con el reciente resultado del 6D. En ambos casos, el venezolano actuó como “el gato de la casa” que espera su “rata de cañería” para acabar con ella.

¿Qué es lo esperado a partir del 5E? Una larga lista de necesidades no satisfechas, pero solo incluiré las cinco consideradas por mí como primordiales. Estas son:

  1. Proponerse a legislar con franqueza. Esto no es otra cosa cambiar, modificar, volver a redactar o derogar, si es posible, todos aquellos instrumentos legislativos que se convirtieron por obra y gracia de su redacción y contenido, en una camisa de fuerza del quehacer fabril. Lo de la franqueza reside en la transparencia del proceder. No es derogar, o lo que fuere, por derogar sino exhibirle a la población los argumentos para hacerlo y explicar las consecuencias futuras de continuar con la anterior forma.
  2. Determinar el tiempo que tardaran los “criollitos actuales y futuros” en saldar las deudas públicas que han comprometido la salud económica de la Nación. Conjuntamente con esto, debe penalizarse con Cadena Perpetua, sin derecho a libertad condicional ni reducción de la pena, a todos los funcionarios responsables de ese desaguisado.
  3. Promover y consolidar el proceso descentralizador detenido por las políticas de concentración pretendido por Chávez, a imagen y semejanza de los procedimientos cubanos.
  4. Restituir el Escudo con el caballo blanco galopando hacia adelante y no hacia atrás. La representación equina corriendo en sentido inverso, habla de lo que en la “cabeza de sus promotores y creadores” hay. Pensar que voltear la figura hacia la izquierda simboliza el giro político ideológico de la población, es una garrafal interpretación.
  5. Mantener por el lapso adecuado el Pacto Institucional entre los partidos que forman la Mesa de la Unidad Democrática, MUD. Comprendo a aquellos que argumenten que no somos chilenos, pero el quiebre de ese Pacto motivará a quienes están afanados por el poder, de centralizar la atención en ellos y de querer convertirse en otros pseudosalvadores de la Patria.

La situación para Venezuela no es fácil. Chávez en su convicción de creerse predestinado a “independizar” al país, lo anarquizó; con sus imprudentes declaraciones sobre la Justicia, los Jueces y las decisiones populares. Lo anarquizó al seguir el modelo cubano de comprometer los recursos financieros de la Nación para dar de comer a 30 millones de venezolanos, sin que estos laboraran. Lo anarquizó, él y Maduro, al aceptar que ciertas funciones comerciales de la vida civil fueran manejadas por militares, cuya preparación y estudios fundamentales es la carrera militar, aun cuando se preparen en otras disciplinas. Y párese de contar, no sin antes recordar que las últimas formas de comercialización, están generando pobreza en la mayoría, enemistad entre unos y otros, canibalismo e irrespeto, desencanto y propensión a tomar la justicia por nuestras propias manos.
Los nuevos legisladores tienen la palabra.

Concluyó con una frase de Victor Hugo: “El deber tiene una gran similitud con la felicidad de los demás”.


28-12-2015

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