LAS SEIS
CARAS DE LA
DERROTA DEL 6D
Cuando
esto es escrito son las nueve y veinticinco de la mañana del día después; lunes
7 de diciembre. Hoy, es la víspera del día de la Inmaculada Concepción de María
y del inicio del Jubileo de la Misericordia decretado por Francisco, el papa.
“La
victoria tiene un centenar de padres, pero la derrota es huérfana”, es una
frase pronunciada por el malogrado Presidente Kennedy. Ella se ha puesto de
manifiesto en la madrugada de hoy. El Señor Nicolás Maduro, en su lamentable
perorata puesta al aire en cadena un instante después de la alocución de la
Licenciada Tibisay Lucena, lo ha demostrado patéticamente. Se califica de
lamentable en atención a su contenido, aparentemente improvisado, lleno de
retóricas frases alusivas a Chávez y de “ritornelos” de livianos pesos.
A
lo largo de más de 50 años he convivido con el hecho político, militado en la
fracción profesional de un partido; lector empedernido del acontecer ideológico
y participante de los estudios necesarios para determinar en años pasados, 2001
al 2003, el rumbo ideológico y político del recién instalado gobierno. En esa
ocasión, tres años después, la gente aún se babeaba por Chávez. Vivían
idiotizados, incluyendo a sus opositores. Por lo tanto, he sido consistente con
mi postura de oposición a este régimen.
A
partir de este momento, hágase la idea de que tiene un volumen hexagonal cuya
base es más ancha que la cara superior. En otras palabras, es una pirámide de
base hexagonal, sin punta, en el ápice que se estrecha en la medida del aumento
de su altura. Cada una de sus caras es contentiva, como un papiro, de un motivo
los cuales mencionaré más adelante, sin extenderme en consideraciones en cada
uno de esos aspectos, porque esto sería interminable, ilegible y fastidioso. Son
ellos, a mi manera de comprender la política, las razones generadoras de que el
ayer venezolano no fuese tan alegre para los “hijos, herederos y seguidores de
Fidel, de Chávez, de Maduro, de Raúl y del resto de su corte, incluyendo al Capitán
Diosdado Cabello”. Las atribuciones respectivas son:
PRIMERA
CARA. El gobernante comete errores de diagnóstico con relación a los anhelos
poblacionales. Cuando los venezolanos votaron por un cambio de protagonistas,
sustituyendo a adecos y copeyanos por Chávez y otros, no era razón para la pretensión
de cambiarle hasta la manera de ir al baño al venezolano.
SEGUNDA
CARA. Las malas “juntas”. Hace 56 años, Fidel Castro fue una referencia válida
como expresión de una propuesta de elevar la dignidad de un pueblo. En el 62,
este, casi que se convierte en el interruptor detonador de la Tercera Guerra
Mundial. En el 99, Chávez y su grupo tratan de convertirlo en un mito que ya había
sido rechazado militar, política y espiritualmente. Con ninguno de los dos, la
historia tendrá benevolencia.
TERCERA
CARA. El irrespeto. Utilizar la necesidad material del venezolano como
mecanismo de chantaje para la búsqueda del voto, no es nuevo; pero, cultivar,
desarrollar y potenciar la mendicación disfrazada de lucha contra el gran
capital distribuidor de alimentos es rebajar al criollo, a su mínima expresión.
Tanta que exigieron fotos del voto so pena de separarlos de sus puestos de
trabajo.
CUARTA
CARA. El “antiyanquismo internacional”. Asociarse con países cuya cultura y
tradiciones son extremadamente distintas a las nuestras y cuyas motivaciones
antiestadounidenses no son parecidas, crearon en la población demasiadas
incertidumbres acerca de la posibilidad de convertir al territorio venezolano en
otro territorio sembrado de “cohetes balísticos intercontinentales”, como lo
fue Cuba.
QUINTA
CARA. La soberbia. Exhibida por Chávez en diferentes ocasiones y destacar una
en particular: calificar como ¡MIERDA! la victoria del “pueblo soberano” cuando
rechazó la modificación de la Constitución para hacerla igual a la de Cuba. No
olviden aquella imagen de un Chavez emocionado con una medalla colgada de su
cuello y de Fidel con la inscripción “VENECUBA”.
SEXTA
CARA. La burla. Los venezolanos somos “jodedores” por antonomasia y eso es una
cualidad que permitió resistir y convertir todas las “ex profesas expresiones
de brutalidad intelectual emitidas por Chávez y Maduro” en chistes. Ellas generaron
rechazo. La deshonra llegó hasta el punto de sentir pena a ajena al convertir a
la institución armada profesional, defensora del territorio venezolano, en
expendedor de víveres, verduras y demás bienes de consumo masivo aparte de “otras
particularidades” indignas de mencionar, pero que descalificaron la dignidad de
“los verdes olivas criollos”.
Hay
más caras, pero todas las demás pueden formar parte de las anteriores. El tema
es excesivamente largo y la pretensión es destacar algunos de los aspectos que
originaron que 2 de cada 3 votantes, voltearan la tortilla de la composición de
la Asamblea Nacional. Incluso el tema de la violación del sarcófago de Bolívar
es otra cara. Cuidado si de tantas apariciones la pirámide hexagonal no se
convierte en un dodecaedro.
Finalmente,
como venezolano me alegra este giro de la composición parlamentaria. Me alegra,
pero sin euforia, el resultado. Dejo para el cultivo de la reflexión dos proverbios
de culturas milenarias: un chino: “las grandes almas tienen voluntades, las
débiles tan solo deseos” y, uno árabe: “lo pasado ha huido, lo que esperas está
ausente, pero el presente es tuyo”.
Nelson
Romero Díaz
7
– 12 – 015
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