domingo, 30 de marzo de 2025

CHINA 2025


No es un título enunciativo de un evento futuro en el lejano oeste continental de América, específicamente en China. Es el nombre con el cual título los siguientes comentarios en torno al viejo Gran Premio de Fórmula 1, celebrado en el Autódromo de Shanghái, el cual dista a una hora en el metro de la estacón más próxima de esa gran urbe industrial; lo de viejo es por ser una fracción de la historia.

Como evento de masas fue lo esperado ya que la transmisión televisa mostró la cantidad de aficionados presentes en las tribunas. Había una clara inclinación hacia el color rojo, el de la bandera de ese país, pero también el de las gorras y camisetas de los seguidores de la escudería Ferrari y, en particular, del recién llegado a esta, Sir Lewis Hamilton.

 Como evento de competición estuvo por debajo de lo esperado. Una continuidad del dominio temporal de la McLaren en esta temporada, esta vez de la mano del australiano Oscar Piastri, seguido de Norris, Russell, Verstappen, Leclerc, Hamilton – posteriormente descalificados – Ocon, Antonelli, Albon, Bearman y Sainz. A estos, excepto Leclerc y Hamilton, les fueron asignados los puntos de cada uno de sus lugares de llegada.

Inesperado lo sucedido con la Ferrari, más aún después de la victoria del sábado bajo la conducción de Hamilton en la primera de la Sprint’ s de esta temporada. Tanto Leclerc como Hamilton fueron desclasificados; el primero, por perder peso en su monoplaza y el segundo, por una reducción del espesor del fondo plano de su vehículo.

Vistosos algunos adelantamientos. Llenos de humor los de Bearman, el cual en la medida que superaba a uno de sus rivales se despedía por la radio con el tradicional “Ciao”. Desconcertante situación para Fernando Alonso al abandonar en las primeras de cambio, como consecuencia de problemas con sus frenos. La lucha de Jack Doohan por su supervivencia en Alpine y las penalizaciones dadas por su manejo. El mejoramiento de Hadjar, la demostración de Antonelli, la protesta de Tsunoda y el suceso previsto: la separación de Lawson, lo cual merece un comentario extra.

Liam Lawson de origen neozelandés es otra víctima de los caprichos de la escudería Red Bull o quizás sean los del llamado asesor deportivo Helmut Marko. Está pagando, injustamente, unos platos rotos originados por el dispar segundo monoplaza de la escudería patrocinada por la bebida energética. Y todo comenzó el año pasado, aun cuando soy de la opinión que esa notoria indiferencia hacia el segundo conductor no es de reciente data. En varios grandes premios anteriores a los del 2024, la escudería o mejor dicho su persona, daban poca importancia al compañero ocasional de Verstappen, cuyo padre tuvo sus enfrentamientos con Horner.

Retomando el tema de Lawson, los medios destacan su sustitución efectiva en el próximo gran premio por parte de Tsunoda, piloto de origen japones que tiene 26 carreras diciendo que el segundo puesto de la Red Bull le pertenece.

Coincidencial e indirectamente, si el cambio de conductores no responde a una estrategia planificada de mercadeo, le generará a la escudería unos ingresos extras por las ventas de camisetas y otros artículos de colección. La semana próxima se descubrirá el velo sobre el merecimiento o no de Tsunoda de estar en Red Bull, si la escudería ha analizado si su diseño permite el lucimiento de su segundo piloto.

 

Nelson Romero Díaz

29.03.025

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