¡POR FIN!
¡Por
fin! Vas a escribir la siguiente parte del artículo titulado ¿CUÁL ES? ¿ESTE O
EL OTRO? Es el comentario de una lectora.
La
respuesta: “Si. Será corto, no más de cuartilla y media, a lo sumo dos para que
no se fastidie leyendo. El tema es muy extenso. En un curso de formación de
avaluadores se requieren varias horas de clase para enseñar los conocimientos de
estadística y otra cantidad de horas para los otros conocimientos. Así que
comprenda”.
El
tema de un VALOR u otro, es espinoso y lo es por ser motivo de discusiones; algunas
bizantinas y otras más bizantinas que las primeras; de desacuerdos entre
avaluadores, o entre propietarios sea vendedor o comprador. Ni se diga entre
los miembros de una comunidad hereditaria. Cada quien tiene una apreciación del
Valor de las cosas porque este “no es un hecho sino una opinión sobre el precio
con que más probabilidad se pague por un activo, o los beneficios económicos de
poseer un activo”... Regreso al núcleo de este artículo.
Analizaré
una fuente de datos, la de los inmuebles en oferta. Una característica
universal, la mayoría de los portales advierten que el PRECIO al cual se oferta
el inmueble, es una aspiración del propietario. En la misma orientación, la
mayoría de los montos se modifican cada cierto tiempo, casi siempre hacia un
nivel más alto. Otras peculiaridades sobre el precio son: cambia según el tipo
de inmueble y su ubicación en el ámbito territorial urbano, en el ámbito
geográfico: dos inmuebles iguales no tienen el mismo precio en dos poblados
diferentes. El apremio que tenga el propietario vendedor sea por las razones
que fuere.
¿Cuál
es el Precio, en consecuencia? Estadísticamente, se obtiene el precio unitario
para un inmueble en particular. También se determina para: el conjunto de bienes
en venta de la misma clase sean apartamentos, viviendas unifamiliares, locales
comerciales, oficinas u otros. Así mismo, se obtiene para un ámbito urbano
específico, por ejemplo el de una urbanización, un barrio, una comunidad
cerrada. El precio unitario referido es un promedio que puede ser simple o
ponderado. Es simple cuando se divide la suma de todos los Precios de Oferta
entre la suma de todas las Áreas de todos los inmuebles. El ponderado es una
media aritmética más elaborada; toma en cuenta no solo el área y el precio
unitario, sino el número de ellos que son iguales, vale decir a título de
ejemplo, si son 5 en total, de ellos 2 de un área, 1 de otra y el resto de otra
cabida y sus Precios son V y X para los primeros; Y, para el siguiente, y, Z y
W para el resto, hay que calcular el promedio con todos los datos.
A
estas alturas del “juego estadístico” se puede emitir una opinión y decir: “el
mercado de ofertas fija un precio unitario medio de Tantas unidades monetarias
por metro cuadrado que multiplicado por el área del inmueble objeto el PRECIO
debe ser ESTE”.
En
los cálculos se puede ser tan fino como se quiera, como por ejemplo, obtener el
mismo precio unitario del inmueble en situación de avalúo ajustando los precios
referenciales a su tamaño escriturado. Un penúltimo modo de emitir una
apreciación, es analizar todo el conjunto mediante la regresión de múltiples
variables, o la más sencilla con una variable.
Hasta
aquí la conversación sobre la fuente de los datos de oferta.
Corresponde
el turno al análisis de los Precios Protocolizados o Mercado Perfeccionado.
Lo
primero a definir es la denominación “Mercado Perfeccionado”. Este es el
generado por las transacciones
efectuadas cuyas escrituras fueron presentadas ante el Registro Inmobiliario del
ámbito territorial respectivo y asentadas en el Libro del Folio Real del año de
la transacción. En ese asiento se identifican al comprador y al vendedor; el
precio de venta; la fecha, el número u ordinal de la secuencia trimestral de la operación y la matrícula del inmueble.
El
análisis estadístico básico para estas operaciones es el mismo que para los
datos de oferta, pero más elaborado. ¿Qué es eso de más elaborado?
Más
elaborado, más trabajado, más estudiado, más sofisticado es la secuencia de
acciones mencionada a continuación sin relación de exhaustividad: primero, las
operaciones entre familiares cercanos son descartadas; segundo, las
transacciones que no superan los cientos de miles, si el resto de ellas son de
millones, no se toman en cuenta; tercero, no se mezclan los precios de venta de
las viviendas unifamiliares con apartamentos ni la de estos con otras; cuarto,
los precios de venta son capitalizados, esto es lo que comúnmente llaman
“actualizar” a la fecha; quinto, los precios de venta son homogeneizados a la
cabida documentada de lo que se avalúa; sexto, se realiza un análisis
estadístico descriptivo e Inferencial a la muestra de datos con los cuales se
trabaja. Al final se obtiene una cantidad.
Interrumpe
la señora Petra para comentar: ¡Ay!
Señor Nelson, pero he oído decir que la gente no registra el monto verdadero de
la venta”.
Puede
ser tan cierto como no. Cierto porque en esencia el ser humano es anti
tributario; no es de su agrado pagar impuestos. Y “no cierto” porque en la medida que los ciudadanos pagan
sus tributos al Fisco, en esa misma medida se adquieren derechos que nadie
absolutamente nadie le puede negar, tenga el cargo que tenga. El problema de
fondo es la transparencia u opacidad con la cual se desenvuelve una nación.
Para
no extraviar el camino del saber cuál es el PRECIO entre los provenientes de
los datos de Oferta y los datos Perfeccionados lo mejor que se puede hacer es retomar
el tema.
En
una situación tan peculiar como la desarrollada en Venezuela durante las Administraciones
Chávez (†) y Maduro, lo prudente, aconsejable, racional es tomar en cuenta ambos referentes y
ponderar el peso específico de uno y otro en la opinión.
“¿Cómo
es eso, Sr. Nelson?” Ensayo una idea. Los precios PROTOCOLIZADOS gozan de fe
pública, sean menores o no, de los que realmente intuidos por la gente. Los
precios de OFERTA son unas aspiraciones válidas para el vendedor, pero pueden
cambiar en el transcurso del tiempo. Los PROTOCOLIZADOS son capitalizables y
los de OFERTA, no. Aún cuando estos se aumenten progresivamente, tienen un factor
minorante generado por la “no concreción de su venta” en el tiempo. Un inmueble
puesto en venta a un precio X seis meses anterior a la fecha y no se haya vendido, es lógico deducir que “X” no es el
precio y tampoco uno mayor que “X” es el precio.
Al
final, señora Petra, el PRECIO de una propiedad es lo que se documenta. Antes
de eso, es la opinión del propietario que aspira vender, el monto de la
contraoferta del comprador, y ambas son sesgadas; es la del avaluador que nada
tiene que ver con el futuro del inmueble, salvo otro estudio, y por último, es
el marcado por el Mercado. El avaluador solo estudia, razona, pronostica y
emite juicio sobre el inmueble. Hay más de que hablar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario