sábado, 30 de mayo de 2015

¡BASTA  DE  DIAGNÓSTICOS!

Nelson Romero Díaz
23 de mayo de 2015

En la precampaña electoral del ’98 Henrique Salas Römer conformó un equipo de asesores con miras a ganar la Presidencia. Formó parte de la célula de análisis del quehacer diario, un inductor de energías positivas; un amigo al cual apodamos “el obviólogo”. Eran los tiempos de “Voluntarios por Venezuela”, una organización creada para sacar del yo interior del venezolano su excelencia con miras a cambiar a este país. La historia contemporánea se encargó de demostrar que “los venezolanos no habíamos aprendido” y como resultado de la desinformación, a estas alturas se está peor que antes que en aquel año.

Y usted señor lector se preguntará ¿Qué tiene que ver esa parte de la historia con el título del artículo? La respuesta no es tan obvia, pero surge de una conversación vía móvil entre hermanos. Recuerde que lo obvio es descomponer un asunto que no lo necesita; es lo elemental, por ejemplo: dos más dos son cuatro, ¡elemental, querido Watson! Y es que los venezolanos nos quedamos en el diagnóstico, siendo ese aspecto un inconveniente porque no se avanza: no se ofrecen soluciones. Por ello se debe decir: ¡Basta de Análisis! ¡Basta de Estudios! ¡Basta de Diagnósticos!

¿Cuál es la solución? Sencilla. Ofrecer soluciones. Para ser breve, haré una lista de cinco proposiciones concretas: una en cada uno de los siguientes temas: político, lo laboral, lo educacional, lo asistencial y lo ciudadano. Léase pues.

Primero. LO POLÍTICO. Lo que Eduardo Fernández llamó una vez “el país político” necesita una limpieza, una depuración, una descontaminación a fondo. Una buena medida sería que ninguno de los “operadores políticos actuales” tenga por el resto de sus días ninguna actividad legislativa, ni participación en los asuntos públicos inherentes; así tengan los años de Matusalén de experticia como tales.
En el pasado lejano, pero no tanto, la gente decía: ¿Hasta cuándo Caldera, Gonzalo Barrios, Carlos Andrés y un largo etcétera? Hoy se dice: ¿Hasta cuando José Vicente, Maduro, los Cabello, los Carreño, los Borges, los Cabeza y otro, pero más largo, larguísimo “otros”?
La actividad política requiere, en este histórico momento, ser ejercida por ciudadanos sobre los cuales no se tenga duda de sus condiciones ciudadanas, intelectuales, espirituales, económicas. Esto que significa: haber pagado sus tributos durante toda su existencia profesional; estar formado tanto en lo académico como en lo común para que su discurso sea ilustrativo e inductor de buenas maneras; no tener conflictos con lo divino, vale decir, ser un militante de su credo y no tener necesidades fuertes de comprar corbatas de marcas en Francia.

Segundo. LO LABORAL. Es necesario recomponer la representación laboral. No debe suceder, por ejemplo, que un constructor tenga en una obra “cinco delegados sindicales; uno por cada sindicato de la actividad”.
Se me ocurre que el triunvirato laboral de la nación debe acordar que, dadas las circunstancias, las jornadas laborales deben aumentarse a 48 horas semanales ya que todos quieren mejorar sus condiciones de vida, ¿verdad?
Algunos privilegios obrero-patronal deben ser revisados, algunos eliminados y otros “refrigerarlos” por un largo período hasta tanto las condiciones de la salud económica del país sean tales que todos puedan descansar en su chinchorro desde el 20 de diciembre de un año hasta el 1° de enero del siguiente año.
Tome en cuenta que el año tiene 365 días por 8 horas son 2920 horas de trabajo-año.
Al dividir entre 50 semanas, resulta 58,40 horas semanales; 9 y 3/4 por cada uno de los 6 días o 8,34, por cada unos de los siete y dos semanas de vacaciones.
¿Cómo es la relación hoy en día? No sé, pero, advertido: No quiero mofarme, ¡ah! Debe ser inferior y siéndolo, ni con el petróleo a 200 USA $ el barril y 4 millones de “pipas” diarias el país aguanta este saqueo.

Tercero. LO EDUCACIONAL. Ningún niño, por muy hijo de papi y mami, o de mamá “autosuficiente”, madre soltera y otras categorías, puede estar en la calle sino en las aulas de clase. ¡Coño! No debe permitirse que la enseñanza primaria de un infante sea la mendicación.

Deben construirse tantas aulas, o salones de clase como sea necesario, hasta tal punto que cada “maestro integral” tenga su aula con 25 alumnos, como máximo. El entrecomillado del término: maestro integral no es burla, sino resaltar las cualidades que debe tener un educador de los primeros niveles de formación.
Lo de la cantidad de aulas aplica a todos los niveles, es una obviedad mencionarlos.

Desde el punto de vista presupuestario, las remuneraciones deben ser correspondientes con el nivel de responsabilidad en la escalera formativa. Igualmente, los recursos para investigación y desarrollo (ID) tienen que ser lo suficientemente ricos en cantidad para que estos procesos tengan un tránsito fluido en su diario que hacer.

En cuanto al contenido formativo, debe ser condición necesaria el adiestramiento de los educandos en matemáticas; idiomas: local y extranjero, incluyendo las nativas; música y lo básico: lenguaje y comunicación, biología, historia universal y de Venezuela, educación en artes. A los maestros que no puedan con las matemáticas, hay que pedirles que se aprendan las tablas del 1 al 9, al derecho y al revés.


Complementaré esta opinión en una segunda fase. Tocaré el tema de lo Asistencial y de lo Ciudadano. Por ahora, Gracias por su generosa contraposición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario